lo que hacemos

Decimos no a la minería. Desde 2017, Sí a la Vida No a la Minería (YLNM) ha colaborado en una serie de campañas y trabajos de investigación que ponen de relieve la necesidad crítica de soluciones post-extractivas para las crisis climáticas y ecológicas a las que nos enfrentamos.
YLNM existe como una red de y para aquellas comunidades, organizaciones y redes que comparten un compromiso con:

  • Apoyar el derecho de las comunidades afectadas o potencialmente afectadas por la minería, a la autodeterminación, a definir su propia vía de desarrollo y al Consentimiento Libre, Previo e Informado, incluyendo el Derecho a Decir No a la minería y a celebrar referendos, consultas populares u otros mecanismos de participación democrática que legitimen su opinión y decisión.
  • Apoyar alternativas a la minería y al extractivismo, tanto locales como globales y sistémicas, y fomentar las conexiones entre estas alternativas.
  • Participar en actividades pacíficas, estrictamente no violentas, significa activismo y defensa.
  • Fomentar lazos de solidaridad equitativos y conscientes a través de las geografías.
  • Ser conscientes de que todos formamos parte de la naturaleza y de los límites planetarios de la Tierra.
Reconociendo que:

  • El extractivismo, impulsado por el consumo insostenible de las naciones ricas, las élites mundiales y la adicción global al crecimiento económico (PIB), está expandiendo un patrón de daño ecológico, económico y social en nuestro planeta vivo y ampliando la brecha de la desigualdad.
  • Los más perjudicados por el extractivismo son las comunidades de primera línea del Sur Global y también, cada vez más, del Norte, cuyos derechos están en peligro, así como los ecosistemas que sustentan la vida en la Tierra.
  • Nuestras luchas y alternativas están conectadas en una red sistémica.
Juntos, buscamos:

  • Apoyar y conectar a las comunidades de primera línea mediante iniciativas de solidaridad, creación de redes e intercambio, para reforzar su resistencia al extractivismo.
  • Ofrecer espacios y plataformas de diálogo para el intercambio de estrategias, historias de éxito, cuellos de botella, retos y lecciones aprendidas entre las comunidades locales y las principales partes interesadas.
  • Desafiar la narrativa raramente cuestionada de que la expansión extractiva = progreso y desarrollo.
  • Fomentar iniciativas, a múltiples niveles, que busquen llevarnos “más allá del extractivismo”, ya que los límites de los recursos se avecinan y los impactos se multiplican.
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